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Cortar por la línea de puntos (2021)


Su comienzo puede parecer extraño, ¿es juvenil?, ¿para adolescentes?, ¿adultos?, … el trazo del dibujo nos lleva a creer que es un comic juvenil, pero pronto vemos que el personaje, de 37 años, aunque en principio no parece destacar por su madurez, comienza a mostrarnos cierta conciencia social más profunda de lo habitual.

Zero, sus punkis amigos de la adolescencia, su amor platónico y un armadillo por conciencia; un extraño grupo en el inicio, pero pronto, sobre todo para los noventeros milennials, nos familiarizamos con los personajes y empatizamos con Zero, que capítulo tras capítulo nos va mostrando como los hitos de su vida han ido modelando su personalidad, hasta convertirse en el adulto disfuncional que actualmente es. Nos vende su fracaso personal de forma casi poética, sobreviviendo dentro de su pesimista imagen de la sociedad.

Entre risas y casi sin darnos cuenta nos vemos dentro de planteamientos sobre el sentido de la vida, la aceptación de uno mismo, la imagen que proyectamos, … y poco a poco, lo que comenzaba como una animada serie cómica de un joven anclado en su adolescencia, nos lleva a reflexiones que no pensábamos que fueran a tener cabida aquí, todo contado en primera persona, de forma “autoflagelante” (si es que existe esta palabra), repletas de flashbacks y metáforas.

Ácida y costumbrista, juega maravillosamente con la melancolía, ayudado por una banda sonora repleta de temazos italianos, que nos enganchan capítulo a capítulo para ver que le ocurre a Zero y como resuelve sus problemas, retratado en la Italia de finales del siglo XX con abundantes guiños a la época. 

En su tramo final, al más puro estilo italiano, acaba tornando en la tragicomedia que es, capaz de hacernos reír o acabar desgarrándonos. En esas últimas escenas reparamos en que no hemos visto una serie animada cualquiera, sino una profunda e interesante reflexión que no nos deja indiferentes.

Entre sus 6 episodios (de media 20 min.) apenas alcanzan las 2 horas, con lo que esta joyita de Netflix resulta muy fácil de ver.

Un artículo de David Ripalda

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